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sábado, 17 de diciembre de 2016

Sacerdotes en Zonas de Operaciones

Autor: CARABALLO FDEZ. J.C.

Pablo Luciano Cabrera Arias

En las zonas donde opera el Ejército Español, entre muchos puestos, suele haber uno que está más cerca de Dios que ninguno, es sin duda el del Páter. Este se dedica a múltiples funciones encaminadas siempre al bienestar y la salud moral de las tropas desplegadas. No solo es el guía espiritual del contingente, también ejerce de psicólogo, hermano mayor y amigo incondicional.
Históricamente, hay casos distinguidos de sacerdotes en zonas de operaciones con tropas españolas, pero en especial hay tres que, a mi juicio, sobresalen de lo habitual. Como no podía ser de otra forma, dos de ellos eran Paracaidistas y uno de la BRIPAC y, es que, en esta gran unidad, todos vamos al mismo paso, incluido el Cura. Se llama Pablo Cabrera Arias, y fue teniente capellán castrense en la Agrupación de Banderas Paracaidistas.

Páter Cabrera con el Clp. Saso en Sidi Ifni
Páter Cabrera con el Clp. Saso en Sidi Ifni
Nació en un pueblo de Córdoba (Peñarroya-Pueblonuevo). Muy joven quedó huérfano de madre (a los ocho años) y su padre, que se dedicaba a la automoción, hizo grandes sacrificios para sacar la familia adelante. 
A los 25 años se ordenó sacerdote en el seminario de Murcia, empezando carrera sacerdotal en Villena (Santa María de Villena, Alicante) como coadjutor. Posteriormente, fue trasladado a un pueblo de Murcia (parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Bullas), donde supo ganarse el aprecio de todos, siendo llamado cariñosamente «el cura de la manta», pues a los niños que se portaban bien y se sabían el catecismo, les regalaba una manta.
En 1954 decidió opositar para el Cuerpo Eclesiástico Castrense. Tras su paso por el Vicariato General Castrense, fue destinado como teniente capellán al Regimiento de Infantería Alcántara nº 3 (Gerona). Posteriormente, se trasladó al Regimiento de Infantería Wad Ras nº 55 (Carabanchel, Madrid). Pero, su espíritu aventurero y libre lo llevaba a estar lo más cerca del santísimo y, claro, ¿dónde más cerca que en la inmensidad del cielo abierto? Por lo que terminó destinado en la Agrupación de Banderas Paracaidistas, donde se convirtió en el primer Cura Paracaidista de la historia, realizando el 8º Curso de Paracaidismo (con compañeros de empleo, como el Tte. Colldefors). 
Su bautismo de fuego fue el 30 de octubre de 1956, lanzándose al abismo desde uno de los viejos Junker de la escuela y, el 15 de noviembre, realizó su décimo lanzamiento, ganando su rokiski y el glorioso título de Cazador Paracaidista.
Tte. Capellán Cabrera en misa de Campaña improvisada
Tte. Capellán Cabrera en misa de Campaña improvisada
Al año siguiente, para el tercer aniversario del primer salto paracaidista del Ejército de Tierra (23-F), el Jefe de la agrupación de Banderas (Tcol. Crespo del Castillo) ordenó un lanzamiento y una misa en la zona de salto (D/Z) y así fue cómo los paracaidistas saltaron cada uno con sus fusiles, máquinas…y el Tte. Páter también saltó con sus herramientas…¡algo inédito en los ejércitos! En su mochila llevaba un altar portátil (parecido a un neceser con trípode) y, nada más llegar a tierra, eligió el sitio más adecuado, se puso los hábitos y desplegó el improvisado altar para comenzar la misa de campaña, a la cual asistieron expectantes y emocionados los paracaidistas que acababan de saltar.
Como era de esperar, el Tte. Cabrera se trasladó a la zona de operaciones de Ifni con los Paracaidistas, pero ahí no acabó todo. 
El Páter, tras el ataque general del África Occidental Española el 23 de noviembre de 1957, acompañó a la mayor parte de las columnas de salvamento en las operaciones Netol, Gento y Diana, pertrechado sin más armas que el crucifijo y un breviario. En estas operaciones, se efectuaron acciones de guerra, en las que el capellán intervino realizando autenticas hazañas como redactan varios testigos.
Misa de campaña oficiada por el Páter Cabrera en Sidi Ifni
Misa de campaña oficiada por el Páter Cabrera en Sidi Ifni
Durante la «Operación Gento», el día 6 de diciembre de 1957, durante un duro enfrentamiento con las bandas del Ejército de Liberación, el Clp. Manuel Cerdeiriña Izquierdo (II Bpac) recibió un tiro en una pierna, quedando rezagado por la imposibilidad de andar, percatándose sobre este hecho, el Páter Cabrera retrocedió bajo fuego enemigo hasta el Paracaidista y, cargándoselo sobre el hombro, avanzó con él hasta sacarlo de la zona de muerte y trasladarlo al nido de heridos, salvándolo de una muerte segura.
En la misma operación, dos días después (día 8), en una acción de combate similar a la anterior, en la que cayó herido el Cbo. de la II Bpac Agustín García Pérez; este relataba que detrás de él, cayó muerto un Clp. y herido otro y, de igual modo que en la anterior ocasión, el Páter, haciendo caso omiso a la lluvia de proyectiles que caían, se acercó a los soldados para socorrerlos de cuerpo y alma, con tan mala suerte, que justo antes de llegar al herido, este recibió un nuevo impacto segándole la vida. El Páter, con total desprecio de su vida, les administró la extrema unción y volvió a su puesto sin dudarlo lo más mínimo.
Más tarde, durante la Operación Diana, el 3 de febrero de 1958, en un ataque, cayó muerto el Tte. Enrique Carrasco Lanzós. El Páter también estaba allí para pedir por su alma y recoger sus efectos personales, encontrando ente ellos una hermosa oración que llevaba el teniente consigo.
El Tte. Capellán siempre acompañó a los soldados españoles en todos sus avatares, haciendo una labor silente y desinteresada aunque poco valorada. Se retiró con el empleo de coronel 15 de abril de 1991, con una buena colección de medallas bien merecidas (entre ellas Medalla de Ifni-Sahara y la de Sufrimientos por la Patria) y reside en Madrid.

Jerónimo Merino Cob

Otro de los múltiples casos de sacerdotes en operaciones militares es el de Jerónimo Merino Cob, conocido como «El Cura Merino».
Páter Jerónimo Merino Cob
Páter Jerónimo Merino Cob
Era el cura de su pueblo natal (Villoviado, Lerma, Burgos), cuando en la ocupación francesa de 1808 vivió y sufrió un duro y vejatorio maltrato de sus feligreses por parte de las tropas napoleónicas que le hizo tomar las armas y liderar un grupo de guerrilleros para luchar contra estas.
Unos años después formó el regimiento Húsares. En 1812 fue nombrado coronel por la Junta Suprerna, ocupando la presidencia del Consejo Supremo de Castilla en 1814. 
Fue brigadier y, posteriormente, fue nombrado comandante militar de Burgos con empleo de general. 
Después, fue canónigo de Valencia, y terminada la guerra, renunció a sus honores y volvió a ser el cura de su pueblo natal, aunque ahí no acaba su intrincada historia.

Francis L. Sampson

También quisiera hacer una breve reseña sobre otro Páter Paracaidista. Su nombre es Francis L. Sampson y fue capellán del 501 Regimiento de Infantería Paracaidista de la 101 División Aerotransportada Estadounidense. 
Igual que su regimiento, el Páter Sampson saltó sobre Normandía el 6 de junio de 1944 (Día «D» Operación Overlord). Cayó, sobre una zona pantanosa del rio Douve (Saint-Come-du-Mont), donde muchos perdieron la vida, él perdió el crucifijo y el misal, el cual se puso a buscar buceando entre las turbias aguas hasta que encontró su mochila con sus objetos de culto.
Pater Francis L. Sampson
Pater Francis L. Sampson durante la II Guerra Mundial
Pater Francis L. Sampson
Pater Francis L. Sampson durante la II Guerra Mundial
Fue hecho prisionero en dos ocasiones por el Ejército Alemán y fue el encargado de la repatriación del sargento Frederick (Fritz) Niland (hechos en los que se basó la famosa película «Salvar al soldado Ryan»). 
También sirvió en la guerra de Corea, y como coronel y después general Jefe Adjunto de Capellanes del Ejército de los Estados Unidos tuvo gran influencia sobre la Guerra de Vietnam.
Murió de cáncer el 28 de enero de 1996 a los 83 años, siendo probablemente el sacerdote más condecorado de la historia.

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