Autor: CARABALLO FDEZ. J.C.
En el mes de junio, mi esposa y yo visitamos por primera vez la antigua ciudad colonial española de Sidi Ifni. Nos lleva hasta allí nuestro deseo de conocer mundo y, sobre todo, las ganas de averiguar parte de esa historia tan poco conocida en esas tierras africanas.
En el mes de junio, mi esposa y yo visitamos por primera vez la antigua ciudad colonial española de Sidi Ifni. Nos lleva hasta allí nuestro deseo de conocer mundo y, sobre todo, las ganas de averiguar parte de esa historia tan poco conocida en esas tierras africanas.
Es sorprendente ver cómo a cientos
de kilómetros de la Península Ibérica, tras haber estado en otras ciudades
árabes en las cuales no escuchas nuestro idioma, cuando hablas español, en Ifni, los lugareños vuelven la cabeza,
te miran y te preguntan «¿Español? Oh… cuánta nostalgia…».
Hemos tenido el privilegio de viajar
con un grupo de personas que ha vivido allí. Algunos no han vuelto desde hace más
de cincuenta años. Fernando es el director del viaje, tiene su memoria
completamente fresca, recuerda con pelos y señales todo lo que les pasó… dónde vivían…
quién vivía en cada casa… cuando pasamos por la que fue su casa, a él y a sus
hermanos se les arrasan los ojos, al ver la casa de sus padres… los recuerdos
le brotaban a borbollones de sus cabeza…«por aquí yo me saltaba la tapia… aquí mi padre esto…
ahí lo otro…», es impresionante
la cantidad de recuerdos y emociones que los embargan.
Allí, parados ante las antiguas
casas militares, un inquilino actual nos habla en un perfecto español. Es
joven, tiene 40 años, le pregunto cómo es que habla tan bien nuestro idioma y
me contesta que sus padres son los que le han enseñado, que su padre en la
época de los españoles era cartero… no sabe algunas palabras españolas, pero ya
me gustaría hablar a mí su idioma como el habla el mío.
Volvemos por la antigua zona española
hacia la Plaza de España (ahora Plaza de Hasán II) y, lo mismo, alguien nos oye
hablar, nos mira… nostálgico… nos dice ¿españoles? Bienvenidos…, yo empiezo
hablar con él y me dice que él trabajó para España, que fue policía en Tagragra… yo llamo la atención sobre el
grupo con el que íbamos paseando y nada más lejos de nuestra imaginación, resulta
que este señor, llamado Husein, es el
compañero de juegos de uno de los del grupo, de José Luis G.M. que, cuando era
niño, vivió en Tagragra, pues su
padre era el capitán médico del destacamento y de la zona en general. Ambos se
emocionan, pues hace más de cincuenta años que no se ven. Es impresionante que
a dos personas de distinta cultura y continente que se criaron juntos, la
historia los separa durante decenas de años y el azar del destino los reúne
después de toda una vida. Cuentan historias de Tagragra, cuando se metían en el pozo…, las collejas que le daba Aixa, madre de Husein, cuando Pepe se portaba mal… repasan su feliz juventud en
unos minutos, embargados por la euforia y nostalgia del momento, pues es algo casi
prodigioso, encontrarte así, tras tanto tiempo.
Husein, Luis y J.C. |
El padre de Husein era policía en Tagragra
y parece ser que no ganaba suficiente dinero para alimentar a sus dos esposas y
sus 8 vástagos, por lo que a Husein lo
hicieron policía para ayudar a la economía familiar. El padre ganaba 500 ptas.
y él un poco más, no sabe por qué ganaba 530 ptas., de las cuales 300 se las
daba a su padre, 200 ptas. se las guardaba su capitán jefe para su futuro y 35
ptas. eran las que se quedaba él para sus gastos y caprichos. En 1956, pidió la
baja voluntaria de la policía, la cual le concedieron con buena conducta y un
pasaporte español, con el que viajó a Canarias, Madrid y París. En esta última
ciudad trabajó 15 años, tras los cuales se volvió a Ifni, pero no le terminó de convencer la situación en la que encontró
la ciudad, pues, según él, cuando estaban los españoles, todo era mejor, y se
volvió a canarias otros 15 años. Ahora está jubilado y reside en Sidi Ifni. Cuando nos cuenta sus
experiencias, se le saltan las lágrimas y a José Luis, también, pues es su gran
amigo de la infancia.
Aixa,
la madre de Husein, era la asistenta
de los padres de José Luis y cuidaba de este cuando era niño. Ella murió de cáncer
en el hospital español de Ifni, casualmente,
en el momento de una de las visitas de la familia de José Luis.
Mi esposa y yo asistimos emocionados
a estos encuentros tan conmovedores, escuchando embelesados las conversaciones
de unos y otros.
Ha sido un viaje espléndido y
emocionante, donde hemos visitado algunos de los destacamentos avanzados
españoles, hemos conocido a compañeros de viaje inmejorables y hemos hecho
grandes amigos.
Muy interesante Carballo, que bien te viene no tener q escribir a mano ... Q esa letra de fea q es hay q esconderla.. Jajaja, de todas formas cuando podamos nos lo volvéis a contar en directo, entre trago de vino y chuletón. Y sin historia tb valdría. Un abrazo
ResponderEliminar