Credo de los Navy Seals
En tiempos de guerra o incertidumbre, hay una clase especial de guerrero listo para responder a la llamada de nuestra Nación. Un hombre normal con un deseo inusual de tener éxito. Forjado por la adversidad, forma parte de las mejores fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos, para servir a su país y al pueblo americano y proteger su forma de vida. Yo soy ese hombre.
Emblema Navy SEAL. Foto Web |
Mi Tridente es un símbolo de honor y patria. Me ha sido otorgado por los héroes que me precedieron y encarna la confianza de quienes he jurado proteger. Al portar el Tridente, acepto la responsabilidad de mi profesión y el estilo de vida elegido. Es un privilegio que debo ganarme cada día.
Mi lealtad para con mi país y el equipo es inquebrantable. Sirvo humildemente como guardián de mis iguales estadounidenses, siempre presto para defender a aquellos que no se pueden defender. No doy publicidad a la naturaleza de mi labor, ni busco reconocimiento por mis acciones. Acepto voluntariamente los riesgos inherentes a mi profesión y pongo el bienestar y la seguridad de los demás por delante de los míos.
Sirvo con honor dentro y fuera del campo de batalla. La capacidad para controlar mis emociones y mis actos, cualesquiera que sean las circunstancias, me hace diferente al resto de los hombres. Mi norma es la inflexible integridad. Mi carácter y mi honor son firmes. Mi vínculo es mi palabra.
Esperamos mandar y obedecer. Si no hay órdenes, tomaré el mando, dirigiré a mis compañeros de equipo y llevaré a cabo la misión. Lidero en cualquier situación mediante el ejemplo. Nunca renunciaré. Persevero y avanzo en la adversidad. La nación espera de mí que sea físicamente más duro y mentalmente más fuerte que mis enemigos. Si me derriban, volveré a ponerme en pie cada vez. Recurriré a los últimos restos de aliento para proteger a mis compañeros de equipo y cumplir mi misión. Nunca rehuiré la pelea.
Exigimos disciplina. Esperamos innovación. La vida de mis compañeros de equipo y el éxito de nuestra misión depende de mí, de mi capacidad técnica, mi competencia táctica y mi cuidado del detalle. Mi formación nunca termina. Nos entrenamos para la guerra y luchamos para vencer. Estoy listo para resistir todo tipo de combates con el fin de cumplir mi misión y las metas marcadas por mi país. La ejecución de mis obligaciones será rápida y violenta cuando sea preciso, pero guiada por los mismos principios que defiendo. Hombres valerosos han luchado y muerto construyendo la orgullosa tradición y la temible reputación que estoy obligado a defender. En las peores condiciones, el legado de mis compañeros de equipo refuerza mi resolución y me guía silenciosamente en cada acción.
No fallaré.
Escudo Navy SEAL. Foto Web |
Creed of the Navy SEAL
In times of war or uncertainty there is a special breed of warrior ready to answer our Nation’s call. A common man with uncommon desire to succeed.
Forged by adversity, he stands alongside America’s finest special operations forces to serve his country, the American people, and protect their way of life. I am that man.
My Trident is a symbol of honor and heritage. Bestowed upon me by the heroes that have gone before, it embodies the trust of those I have sworn to protect. By wearing the Trident I accept the responsibility of my chosen profession and way of life. It is a privilege that I must earn every day.
My loyalty to Country and Team is beyond reproach. I humbly serve as a guardian to my fellow Americans always ready to defend those who are unable to defend themselves. I do not advertise the nature of my work, nor seek recognition for my actions. I voluntarily accept the inherent hazards of my profession, placing the welfare and security of others before my own.
I serve with honor on and off the battlefield. The ability to control my emotions and my actions, regardless of circumstance, sets me apart from other men.
Uncompromising integrity is my standard. My character and honor are steadfast. My word is my bond.
We expect to lead and be led. In the absence of orders I will take charge, lead my teammates and accomplish the mission. I lead by example in all situations.
I will never quit. I persevere and thrive on adversity. My Nation expects me to be physically harder and mentally stronger than my enemies. If knocked down, I will get back up, every time. I will draw on every remaining ounce of strength to protect my teammates and to accomplish our mission. I am never out of the fight.
We demand discipline. We expect innovation. The lives of my teammates and the success of our mission depend on me – my technical skill, tactical proficiency, and attention to detail. My training is never complete.
We train for war and fight to win. I stand ready to bring the full spectrum of combat power to bear in order to achieve my mission and the goals established by my country. The execution of my duties will be swift and violent when required yet guided by the very principles that I serve to defend.
Brave men have fought and died building the proud tradition and feared reputation that I am bound to uphold. In the worst of conditions, the legacy of my teammates steadies my resolve and silently guides my every deed.
I will not fail.
The SEAL Code
Código SEAL
Loyalty to Country, Team and TeammateLealtad al País, Equipo y Compañero
Serve with Honor and Integrity On and Off the Battlefield
Servir con honor e integridad dentro y fuera del campo de batalla
Ready to Lead, Ready to Follow, Never Quit
Listo para liderar, Preparado para seguir, Nunca Abandones
Take responsibility for your actions and the actions of your teammates
Hazte responsable de tus acciones y las de tus compañeros de equipo
Excel as Warriors through Discipline and Innovation
Excelentes Guerreros a través de la Disciplina e Innovación
Train for War, Fight to Win, Defeat our Nation’s Enemies
Entrena para la guerra, lucha para vencer, derrota a los enemigos de nuestra nación
Earn your Trident everyday
Gana tu Tridente a diario
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