Cabo 1º Ibarz, primer caído de la III Bandera paracaidista

Autor: BATALLER ALVENTOSA, Vicente. General de Brigada (R)

Fuente: VETPAC.ES

Presidente de la Federación de Asociaciones de Veteranos Boinas Verdes de España

Extraído del libro LA LEGIÓN EN IFNI SAHARA 1956-1976, V. Bataller,

Fundación Tercio de Extranjeros venta en tienda solidaria

Cabo 1º Ibarz, primer caído de la III Bandera paracaidista

SAHARA 1975: AUMENTO ACCIONES ARMADAS. COMBATE EN HAUSA

Primer semestre de 1975. El principio de un mal final para el Sahara

El año 1975 transcurrió entre los meses de enero y abril con pocos incidentes. Sin embargo, en mayo de 1975, con motivo de la visita al Sahara de una delegación de la ONU, se incrementaron tanto las acciones del Polisario como la de los comandos marroquíes del Frente de Liberación y Unidad del Sahara (FLU). Las manifestaciones al paso de la comitiva de la ONU en los distintos poblados fueron, en general, a favor de la independencia y en contra de España.

Por otro lado, se descubrió que el FLU había organizado la operación Comando con la finalidad de efectuar actos de terrorismo durante la visita de la ONU, como así fue. Por este motivo, y por el aumento de los ataques del Polisario, tan sólo un día después de la llegada de los observadores de la ONU se decretó la Alarma Roja en todo el territorio. (Fig.1).

Legionario de fondo la columna en el desierto

Tras la visita de los representantes de la ONU, las acciones armadas continuaron. En junio una sección del 4º Tercio capturó en Mahbes una compañía meharista que pretendía ocupar esta base, mientras que el 3er Tercio envió a la VIII Bandera para recuperar el puesto fronterizo de Tah, cercado por unidades marroquíes, que se replegaron a su llegada. También durante este mes, este tercio destacó una compañía para proteger el puesto de Guelta Zemmur, atacado por el Polisario con la colaboración de parte de los policías de la guarnición, que se unieron a los atacantes. En lo que se refiere a julio, lo más significativo fue que la patrulla Grillo del 4º Tercio sorprendió a un destacamento de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) que se había infiltrado por la zona de Hagunía. Tras su persecución, se capturaron dieciséis prisioneros. (Fig. 2).

Mahabes

Ya en el mes de agosto, se rechazó un ataque nocturno al puesto de Hausa. En el mismo intervinieron una compañía de legionarios, la 3ª de la IX Bandera, y una sección de la III Bandera paracaidista, que en esta acción tuvo su bautismo de fuego y sufrió la muerte del cabo 1º Joaquín Ibarz Catalá. Como de todos estos interesantes sucesos no podemos extendernos por razones de espacio, vamos a centrarnos en la visita de la ONU y en el ataque a Hausa.

Visita de la ONU. El Polisario incrementa sus acciones

Desde primeros de mayo se detectó una gran actividad del Frente Polisario en el la zona nordeste del territorio, Hausa, Echdeiría y Tifariti, donde se enviaron unidades de la Legión y paracaidistas para reforzar estos destacamentos. Entre El Aaiún y la costa se empezaron a infiltrar comandos de saboteadores del FLU con fines terroristas. El día 3 explosionó un artefacto en El Aaiún. Al día siguiente se declaró el toque de queda. Ese mismo día se atacó el puesto de Echdeiría con armas automáticas y pesadas. Localizados los asentamientos, se contestó con fuego de morteros pesados y cesó el hostigamiento.

El 9 de mayo, cuando la patrulla Pedro de tropas nómadas recorría la frontera en misión de vigilancia se sublevaron los indígenas, tras abandonar el puesto de Amgala, y secuestraron a los europeos de la misma. El 11 de mayo salió otra patrulla de tropas nómadas, la Domingo, y en las proximidades de Mahbes sucedió lo mismo que a la patrulla Pedro. Los soldados indígenas -captados por el Polisario- se sublevaron y aprovecharon un descanso para capturar por sorpresa a los componentes europeos. En total -si contamos las dos patrullas- fueron cuatro tenientes, dos sargentos y nueve soldados y, lo que fue peor, mataron al soldado Ángel Moral. (Fig. 3).

En camello en Aaiún

En este ambiente de desconcierto, el 12 de mayo llegó a El Aaiún la esperada misión visitadora de la ONU. La inspección de la ONU coincidía con el incremento de las acciones del Polisario y de los comandos del FLU y la citada captura de prisioneros españoles. El mismo día 12 de la llegada de la comisión de la ONU, grupos saboteadores marroquíes intentaron infiltrarse a través de las cadenas de dunas existentes entre El Aaiún y la costa. Fueron localizados por patrullas del 3er Tercio que en diversos enfrentamientos les causaron varias bajas y algunos prisioneros. Resultaron heridos tres legionarios. También ese día, efectivos de las FAR atacaron con misiles antiaéreos SAM 7 a dos helicópteros españoles que vigilaban la frontera norte. Los misiles fallaron por muy poco, gracias a la pericia de los pilotos.

El Frente Polisario organizó en El Aaiún una gran manifestación, sin distinción de partidos, bajo el lema de solicitar la autodeterminación. Al paso de la comitiva, todas las banderas que se levantaron eran del Polisario y los gritos fueron unánimes: «Fuera España», «No a Marruecos» y «Viva el Polisario». Además, exigían, cómo medida previa al referéndum, la marcha de todos los españoles y del ejército. (Fig. 4).

Visita de la Onu

Si la impresión que esto produjo entre la población y autoridades civiles fue penosa, para el ejército, que arriesgaba las vidas de sus soldados en defensa del Sahara ante los deseos de anexión de Marruecos, aquello era inexplicable y de una ingratitud inmerecida. Los jóvenes e inexpertos dirigentes del Polisario se habían convertido en portavoces de todo el pueblo saharaui y pensaban que, si España se marchaba, la ONU ocuparía su lugar e impediría la actuación de Marruecos.

Máxima alerta: Alarma Roja

Simultáneamente al recorrido de la comisión de la ONU por todos los poblados, los legionarios y paracaidistas incrementaban sus actividades en respuesta a los ataques del Polisario y de los comandos del FLU.  El día 13 de mayo se implantó en todo el territorio la «Alarma Roja», grado máximo de alerta, lo que suponía el despliegue de las unidades en las zonas previstas en los planes de defensa. El 15 de mayo, un grupo de marroquíes del FLU fue detenido por la policía territorial cuando se disponía a atacar la emisora de El Aaiún. Otro grupo dotado de armas pesadas intentó atacar el puesto de Hagunía, pero se retiró tras el envío de patrullas españolas que le causaron varias bajas. (Fig. 5).

Disparando tumbados

Las agresiones no cesaron mientras que la visita de Naciones Unidas recorría todo el territorio. Así, el 17 mayo el Polisario atacó a un convoy en Hagunía. Otros comandos del FLU fueron detenidos el 17 y el 20 cuando pretendían colocar bombas en El Aaiún. Al interrogar a los prisioneros, se descubrió que todas las incursiones formaban parte de un plan organizado por Marruecos denominado Operación Comando con la misión de llevar a cabo actos de terrorismo y provocar desórdenes durante la visita de la ONU. Por tal motivo se activó la búsqueda de otros comandos por todo el territorio. La localización de comandos dio sus frutos pues el 20 de mayo la policía capturó once individuos con armamento, explosivo plástico y aparatos de relojería.

El último incidente de este revoltoso mes de mayo fue la deserción de dieciséis agentes de la policía territorial del puesto de Guelta Zemmur, que el día 23 se pasaron al Polisario y se llevaron prisionero al soldado médico José Sastre. (Fig. 6)

Agua en el puesto de Guelta-Zemmur

Quizás mayo fue un mes decisivo, pero no a favor, sino en contra, del futuro del pueblo saharaui. Posiblemente la actitud mantenida por el Polisario ante los representantes de la ONU fue el principio de la situación desafortunada en la que se encuentra en la actualidad el pueblo saharaui, con gran parte de sus habitantes que viven en campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia) y otros resignados a residir en sus lugares de origen bajo el dominio de Marruecos.

En mayo, el Polisario perdió la oportunidad, mediante un cambio de estrategia, de abandonar la lucha armada contra el ejército español, todo lo contrario de lo que hizo durante ese mes, que la incrementó, y hacer ver a la ONU su disposición para entablar negociaciones con la potencia administradora. Era la ocasión de llegar a un acuerdo con España en el calendario para lograr su independencia, no de una forma brusca y precipitada, como pretendía el Polisario, sino ordenada y paso a paso, como proponía España. Pero esta postura sensata iba en contra del carácter nacionalista revolucionario del Polisario, según se reflejaba en su manifiesto constitutivo: «Se adopta la violencia revolucionaria y la acción armada cómo medio para llevar al pueblo saharaui árabe y africano hasta la libertad total del colonialismo», y termina «con el fusil arrebataremos la libertad».

Agosto 1975. Ataque al puesto de Hausa

En junio de 1975 los legionarios capturaron en Mahbes una compañía meharista y en julio la patrulla Grillo del 4º Tercio hizo prisionera a una unidad marroquí. Ya en el mes de agosto,  lo más destacable ocurrió en la noche del 2 al 3 de este mes, cuando una unidad tipo sección (alrededor de treinta hombres) que podía pertenecer al ejército marroquí o bien tratarse de uno de los comandos FLU instruidos en la antigua Tarfaya, se infiltró hasta las proximidades del puesto de Hausa, a unos 70 km al sur de la frontera. El destacamento, normalmente guarnecido por unos diecinueve policías de la PT, al mando de un sargento, en ese momento estaba reforzado por la 3ª compañía de le IX Bandera a las órdenes del capitán Carlos Blond Álvarez del Manzano, más una sección paracaidista de la 12ª compañía de la III Bandera, a las órdenes del teniente José Suaña López. Próximo existía un pequeño campamento de jaimas (fric) con unos cincuenta saharauis. Los atacantes, divididos en grupos y armados con fusiles, lanzagranadas, ametralladoras y granadas de mano, se aproximaron a medianoche con sigilo y tomaron posiciones alrededor de las tres instalaciones que formaban el destacamento. (Fig 7)

Capitán Blond. 1975

La de más al oeste, situada sobre una pequeña altura, era un antiguo fuerte llamado de Corrigendos, con pequeñas construcciones de ladrillo y barro en forma de huevo. Estaba protegido por un muro de piedra y en el exterior por una alambrada. Su defensa corría a cargo de una sección paracaidista y otra legionaria. Separado por un cauce seco y en el centro del dispositivo, se encontraba el fuerte nuevo, un edificio cuadrado del Gobierno y barracones con la PT y el capitán Blond con su plana mayor y sección de armas. Por último, un poco más al este desplegaba otra sección de legionarios (la 3ª compañía sólo contaba con dos secciones de fusiles). (Fig 8).

Habitáculos en forma de huevo

A diferencia de otras veces, en que los hostigamientos consistían en disparar desde lejos durante unos minutos y replegarse a continuación, en esta ocasión uno de los grupos logró penetrar sin ser visto en la posición que defendían los paracaidistas. La noche cerrada y con fuerte viento favoreció la infiltración y al parecer, según se supo después, llevaban de guía un policía desertor, anteriormente destinado en este puesto.

Cabo 1º Ibarz, primer caído de la III Bandera paracaidista.

Los marroquíes abrieron fuego sobre dos Land Rover, un 109 y un 88, éste con un cañón sin retroceso a bordo, que empezaron a arder iluminando la explanada. Al escuchar las explosiones se incorporó el cabo 1º paracaidista Joaquín Ibarz Catalá, que recibió una ráfaga de ametralladora y murió. A su vez, un paracaidista disparó sobre los infiltrados e hirió a dos de ellos. Ante la pronta reacción de los defensores el grupo atacante se retiró y llevó consigo a sus dos bajas. El reguero de sangre que fueron dejando sirvió para seguir sus huellas al día siguiente hasta donde habían estacionado los vehículos.

Simultáneamente al ataque del fuerte de Corrigendos, otro grupo, posiblemente conducido por otro guía, se aproximó reunido por la cuesta que sube al otro fuerte, el de la policía territorial. Iban tranquilos, sin desplegar, como si estuvieran convencidos de la rendición o deserción convenida con los policías. Obviamente desconocían la existencia de una compañía de la Legión, obligada a permanecer unos días en el destacamento por estar la zona de Llano Amarillo, intransitable por el barro. A pocos metros de la barrera les sorprendió que, en lugar de encontrarse con un policía, fuera un legionario quien les diera el alto en español, momento en el que desplegaron y se produjo un intercambio de disparos. (Fig.9)

Hausa

En su retirada lanzaron granadas de mano y descargaron sus armas con múltiples disparos de fusil, ametralladora y lanzagranadas que afortunadamente no causaron daños personales, solo algunos impactos de bala, en vehículos y barracones metálicos, y de cohetes, que atravesaron tres cúpulas del fuerte. Un tercer grupo de menor entidad se situó al norte, en un lugar intermedio pero distante entre los dos fuertes, y desencadenó fuego de fusil y ametralladora. Los legionarios respondieron al fuego y el grupo se retiró sin producir bajas. Los morteros de 81 mm de la Legión abrieron fuego sobre posibles itinerarios del repliegue enemigo sin causar daños.

 En definitiva, durante los aproximadamente 20-25 minutos que duró la agresión hubo muchos disparos en una noche muy oscura y con viento, donde ambos bandos tenían dificultades para apuntar sus armas y disparar con eficacia. Prueba de ello es el escaso número de bajas producidas. Por parte española hubo que lamentar la muerte del citado cabo 1º Joaquín Ibarz Catalá. En cuanto al comando, se sabe con certeza que evacuó al menos dos heridos; se desconoce si tuvo más bajas. Fue la primera vez que una unidad de la III Bandera paracaidista entró en combate. Un bautismo de fuego que costó la vida del cabo 1º Ibarz. (Fig. 10)

Cb. 1º Ibarz Catalá