Autor: HERRERO ANDREU, Antonio
Fuente: Diario El Faro de Ceuta. Edición 06/09/2020
Para atender todas las necesidades de los distintos servicios de orden público en Marruecos, el Gobierno potenciaba las llamadas ‘Mehaznías Armadas’, similar a la Benemérita, pero siendo fuerzas de orden público marroquíes, para cuya reglamentación y modernización se designó una comisión de jefes y oficiales de la Guardia Civil en septiembre de 1934, y al frente de la misma se designó al comandante de la Benemérita Lisardo Doval Bravo.
Guardia Civil. Foto El Faro de Ceuta |
Finalizada la terminación de la acción militar de España en el norte de África, con el Real Decreto de 21 de noviembre de 1927, se creó la ‘Medalla de la Paz de Marruecos’, en cuyo reverso lleva esta inscripción: “España siempre dispuesta a toda Empresa de Civilización Universal, contribuyó a la de Marruecos con la sangre preciada de sus hijos y con el oro de sus arcas. El triunfo de sus armas y la cultura de sus métodos son los cimientos de esta gran obra de humanidad”.
El Decreto de su creación
El anterior Decreto de 21 de noviembre de 1934, firmado por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora y Torres y por el presidente del Consejo de Ministros Alejandro Lerroux García, en la parte dispositiva del mismo, así decía:
Artículo 1º: Para atender los servicios peculiares del Instituto de la Guardia Civil en los territorios de soberanía española y de Ifni, se crea una Comandancia de la Guardia Civil exenta de la dependencia de Tercio y Zona del Instituto, que se denominará ‘Comandancia de Marruecos’ que será mandada por un jefe de categoría de comandante, y cuya plana mayor se localizará en Ceuta; este Decreto constaba de cuatro artículos más, en cuanto a retribuciones, y solicitudes y desarrollo de dicho Decreto.
La Comandancia Exenta de Marruecos iniciaba su andadura el 21 de mayo de 1935 y una vez que Hacienda autorizó los presupuestos y las Cortes promulgan la ley correspondiente, los servicios los cubrían la Compañía de Ceuta y posteriormente se anunciaba el concurso para la nueva plantilla, cuyos efectivos eran estos: ocho capitanes, veintidós tenientes, un subteniente, dos brigadas, cuatro sargentos, cincuenta y seis cabos y doscientos cincuenta y siete guardias. Para estas vacantes iban a tener preferencia los que tuvieran conocimiento del árabe o dialecto chelja.
La Comandancia se organizó en ocho compañías, la 1ª en Sidi Ifni, la 2ª en Xauen, la 3ª en Larache, la 4ª en Tetuán, la 5ª en Alhucemas, la 6ª en Nador, la 7ª en Melilla y la 8ª en Ceuta. Estas a su vez se organizaban en 16 líneas, según el historiador Francisco Martínez Quesada. Dichas líneas tenían su cabecera en Sidi Ifni, Tiliuin, Tetuán, Alcazarquivir, Had el Raudi, Zaio, Bad-Tasa, Targuist, Rigaia, Ceuta, Arcila, Telata B, Mohamed y Melilla
En un exhaustivo y magnífico reportaje, como es costumbre en mi buen amigo el comandante de la Guardia Civil Jesús Francisco Núñez Calvo, en la revista ‘Guardia Civil’, narra con todo lujo de detalles que al personal de esta Comandancia para sus cometidos les fueron asignados 62 caballos y su armamento eran: pistolas ‘Star’ de 9 mm de largo para personal europeo y fusil o mosquetón para infantería o caballería respectivamente, de 7 mm y 4 fusiles ametralladores. La Compañía de Ifni desde su creación estaba al mando del capitán Miguel Andrés López y los tenientes Luis Canis Matutes, Ángel Merco Cisneros, Luis López Ochoa Motta y el alférez Gabriel Borjas Mesa, y personal moro eran 1 oficial de infantería, 1 de caballería, 5 sargentos y 2 de caballería.
Radiograma. Foto El Faro de Ceuta |
No hay comentarios:
Publicar un comentario