Autor: CARABALLO FDEZ. J.C.
Marjayoun, 24 de junio de 2016.
Era domingo, 24 de junio de 2007. Recuerdo que empezó como un día tranquilo, nos levantamos, hicimos deporte y comimos con deseo los deliciosos churros con chocolate dominicales. Después, como siempre, al escalón, a trabajar hasta la hora del rancho. La tarde se esperaba relajada, pero el destino nos amargaría el resto del día y la misión en general.
Aproximadamente a las 18:00 horas, se activan ciertos protocolos poco habituales y empiezan a llegar desagradables noticias. Parece ser que un coche bomba ha estallado un BMR y hay bajas graves.
El tiempo se ralentiza para nosotros, las noticias son pocas y confusas y el final, trágico. Han caído seis compañeros, uno está muy grave y, a causa de las heridas sufridas, fallecerá más tarde.
El estómago se te hace un nudo, más cuando les pones cara a los implicados. Ayer estuve con ellos en el escalón; anteayer ese vehículo tuvo problemas de alimentación, fuimos hasta donde se encontraba, le hicimos una reparación de emergencia y ayer se pasaron por nuestro EMAN para resolverla definitivamente.
¡Arráncalo!¡Para ahora!¡Vuelve a arrancar!¡Acelera! Esas eran las indicaciones que le daba al conductor. Al final, el BMR pasó todos los controles para volver a las patrullas. La tripulación, Clps jóvenes y risueños, nos ayudó con las chapas del blindado y tomaron un café con nosotros antes de partir a su posición destacada. Por ello, cuando escuché la noticia, no lo podía creer. Mi cabeza regresó a la cruda realidad a la mañana siguiente, cuando fuimos activados para cargar el blindado y replegarlo a la Base Cervantes. Esa mañana, se presentó en el lugar de los hechos el ministro de defensa, que fue quien presidió el sepelio.
No se oía un alma, la garganta seca no me dejaba recitar las oraciones y, al final, los cuerpos volaron con las autoridades a España.
Los Caballeros Legionarios Paracaidistas:
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Jefferson Vargas Moya
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Jeison Alejandro Castaño Abadía
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Jonathan Galea García
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Manuel David Portas-Ruiz
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John Edison Posada Valencia
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Juan Carlos Villora Díaz
Cumplieron aquello que juraron, dieron su vida por cumplir la misión que nuestra patria les pidió.
Probablemente, mucha gente no entienda lo de dar la vida por la patria; como otros entenderán que la patria es solamente el territorio que está dentro de las fronteras españolas. En mi opinión, las fronteras no solo están pintadas sobre el mapa, hay veces que hay que frenar ciertos problemas más allá de nuestro territorio soberano, para minimizar los daños dentro de este, y, otras veces, como es el caso de nuestros Paracaidistas, hay que apoyar al conjunto internacional de Naciones Unidas en operaciones de estabilidad mundial.
Esa es una de las misiones de las Fuerzas Armadas, trabajar más allá de las tierras españolas, ejecutando las órdenes de nuestro gobierno, que no es más que la representación del pueblo español, por y para el cual trabajamos, sin vacilar jamás en el desempeño de nuestras funciones, a pesar de correr posibles riesgos inherentes a la operación.
Dar la vida para que los demás vivan mejor es muy loable, y solo los más altruistas son capaces de hacerlo.
Para mí, los seis Paracaidistas son héroes, que no dudaron ni un momento que, por encima de todo, está la misión, y esto es algo que nunca debemos olvidar.
Con su desinteresado acto de amor y servicio, otros aprendemos a ser mejores soldados.
Su ejemplo nos anima y conduce por la senda acertada. La del bien común.
No os olvidaremos
HONOR Y GLORIA A LOS CAÍDOS POR ESPAÑA
Jefferson Vargas Moya
Jeison Alejandro Castaño Abadía
Jonathan Galea García
Manuel David Portas-Ruiz
John Edison Posada Valencia
Juan Carlos Villora Díaz
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